Un mini mezclador tiene un diseño extremadamente compacto y, sin embargo, permite una amplia gama de aplicaciones. Tanto los principiantes como los ingenieros de sonido avanzados y profesionales prefieren utilizar estos pequeños mezcladores una y otra vez.
En el día a día del estudio o en casa, un minimezclador sirve de interfaz central entre diferentes fuentes de señal. Se pueden conectar varios dispositivos de reproducción y organizarlos de forma clara para su reproducción.
Diversas aplicaciones para cada propósito
A menudo se incorpora una interfaz digital en forma de interfaz USB para que el aparato sea adecuado para una sesión de grabación. Si le interesan especialmente las grabaciones multipista, es mejor que eche un vistazo a la categoría "Interfaces de audio". Estos aparatos están especialmente diseñados para la grabación y la reproducción y ofrecen más posibilidades en este ámbito.
En el ámbito del directo, los mezcladores más pequeños permiten la mezcla de FOH y de monitores, especialmente para proyectos de bandas pequeñas. Dependiendo de su proyecto, debe comprobar especialmente el número de vías auxiliares necesarias. Si una banda se amplía más adelante, se puede conectar un segundo mezclador en paralelo sin tener que pensar en un cambio de sistema inmediatamente.
Gran calidad de sonido a pesar del diseño compacto
El sonido de los pequeños ayudantes ya no tiene que esconderse de los modelos de mayor precio. Los fabricantes suelen integrar convertidores similares o idénticos a los de los buques insignia. Esto favorece un sonido limpio y con poco ruido incluso con señales de entrada más bajas. No obstante, siempre hay que controlar los niveles de forma óptima.
Por lo tanto, no es necesario que el presupuesto de un mezclador compacto sea tan alto como el de hace unos años.
Elegir el modelo adecuado
Las exigencias de la situación determinan los requisitos de la mesa de mezclas.
Para que le resulte más fácil hacer una preselección, debería preparar una lista de los canales necesarios, las rutas de reproducción, los ecualizadores, etc. Por regla general, cada fuente de entrada debe asignarse a un canal independiente.
También hay que tener en cuenta los canales mono y estéreo, las conexiones de micrófono balanceadas o la alimentación fantasma independiente para cada tira de canales.
El ecualizador suele ofrecer sólo frecuencias fijas, lo que conlleva menos posibilidades de ajuste. Sin embargo, a menudo se utilizan ecualizadores semiparamétricos en las frecuencias medias para permitir ajustes vocales más precisos.
Trabajar con subgrupos
Un mezclador se compone de canales individuales, subgrupos y una sección maestra.
Para producciones de tamaño medio tiene sentido trabajar con subgrupos. Esto tiene un efecto positivo en la velocidad y la flexibilidad del enrutamiento. De este modo, puedes controlar a tus tres cantantes más alto o más bajo con un solo fader.
Por lo tanto, dependiendo del propósito, es ventajoso añadir los subgrupos a su lista de requisitos.
Funciones adicionales con mucho margen de maniobra
Además de lo habitual, algunos fabricantes instalan dispositivos de efectos digitales como retardo, reverberación, flanger o coro directamente en la consola. La compra de hardware y cableado adicional no es necesaria.
Sin embargo, los efectos internos suelen estar diseñados para aplicaciones de estudio y normalmente sólo pueden mezclarse después de la grabación. Si no está seguro del enrutamiento y el flujo de la señal de las distintas funciones, debería comprobarlo de nuevo para estar seguro.
Para el uso en directo, se ofrecen canales de inserción o de reproducción adicionales y, a menudo, un compresor por canal forma parte del equipo.
Para poder reaccionar al sonido ambiente en un evento, es necesario realizar ajustes relacionados con la frecuencia de la mezcla general. Esto se hace preferentemente a través de un ecualizador maestro, que se suministra con varios dispositivos.